En el quinto día de la Bienal Panamericana de Arquitectura de Quito, se llevaron a cabo tres conversatorios en el Teatro Sucre. Estos espacios de discusión se centraron en destacar la importancia de la construcción de obras en diálogo con el ambiente natural que las rodea.

Museo Nacional del Perú MUNA

Durante el conversatorio, Alexia León y Lucho Marcial (Perú), integrantes de la firma LEONMARCIAL Arquitectos, estudio con enfoque en proyectos que integran la dinámica de escala en relación con los usuarios, mediante la comprensión humana y el contexto de los paisajes. Los autores expusieron su proyecto, el Museo Nacional del Perú (MUNA), realizado en 2021 en el valle de Lurín, Perú. La materialidad de la obra simboliza la construcción permanente y su organización espacial se basa en un gran vacío interior.

El MUNA tiene una potente relación con el paisaje desértico y semi rural circundante. La materialidad y composición lo conectan fuertemente con el sitio, haciendo referencia a arquitecturas antiguas que parecen surgir de la tierra y a tipos de edificaciones precolombinas que existieron en esa zona. El museo se convierte en un elemento destacado en el paisaje y genera espacios interiores de carácter público y exterior.

El conversatorio fue moderado por el arquitecto Ernesto Bilbao (Ecuador). Contó con la participación de Emily Chacón (Ecuador), representante de la Universidad Indoamérica de Ambato, quien recalcó cómo la arquitectura pasada logra influir en la arquitectura contemporánea e incluso en la futura. También intervino Nivaldo Vieira de Andrade (Brasil), quien expuso sobre la influencia de la arquitectura brasileña en el MUNA.

Casa Bedaberes

Esta obra de los autores ADAMO FAIDEN fue presentada por el arquitecto Agustín Fiorito (Uruguay), asociado de la firma argentina. El proyecto, ubicado en el barrio Villa Adelina, Buenos Aires, consiste en la expansión de una casa existente mediante un nuevo pabellón vertical. El resultado es una integración exitosa entre lo existente y lo nuevo, respetando el contexto urbano y la esquina donde se ubica el proyecto.

En este diálogo, Cristina Bueno (Ecuador), crítica invitada, destacó que “es una obra que resuena del pasado y al mismo tiempo de una contemporaneidad múltiple, es una arquitectura primitiva que protege el hábitat”. Además, el estudiante José Antonio Huerta, representante de la Universidad UTE (Ecuador), mencionó que el proyecto tiene una “dualidad que se refleja en su estructura, que mantiene la privacidad pero se abre hacia el exterior por las fachadas”. La casa dialoga con el entorno inmediato y fomenta una dinámica social.

Tanzhaus Zürich

El último conversatorio del día fue presidido de manera virtual por Fabrizio Barozzi y Alberto Veiga del estudio Barozzi Veiga (España), un estudio de arquitectura fundado en 2004, que se centra en proyectos culturales, cívicos y educativos a nivel nacional e internacional. 

El proyecto Tanzhaus Zürich, situado en Suiza (2019), tiene como objetivo revitalizar el paseo a lo largo del río Limmat mediante aberturas triangulares que definen los espacios interiores y contribuyen a su identidad visual, transformando y redefiniendo las condiciones residenciales de su entorno. 

El edificio se presenta como un volumen simple y escalonado, adaptándose a la topografía de la zona y creando un nuevo espacio público en su tejado que conecta los diferentes niveles de circulación a lo largo de la orilla del río, integrando los itinerarios existentes y ofreciendo una nueva experiencia urbana para quienes transitan por el área.

Las intervenciones fueron moderadas por el arquitecto Diego Ordóñez (Ecuador) y contaron con la participación de estudiantes de la Universidad de São Paulo (Brasil), además del equipo profesional conformado por Candelaria Lacherre y Florencia Fernández (Argentina) y del crítico Francisco Díaz (Chile).