El segundo día de la Bienal, el Teatro Bolívar acogió tres conversatorios que exploraron proyectos de México y Ecuador. Los participantes destacaron la relevancia del entorno en la arquitectura y la importancia de crear espacios cómodos y funcionales para la vida diaria, el trabajo y los encuentros colectivos.

CASA DE LA MÚSICA

El proyecto fue realizado por COLECTIVO C733, un colectivo formado por la colaboración de los estudios de Gabriela Carrillo, Carlos Facio y José Amozurrutia (TO), Eric Valdés e Israel Espín. Ubicado en Nacajuca, México (2021), se erige sobre antiguos cimientos de una edificación preexistente, además regenera el espacio degradado cercano a un riachuelo, y la cubierta pasa a ser un potente elemento del paisaje urbano.

Israel Espín, en representación del COLECTIVO C733, mencionó que las estrategias proyectuales que desarrollan se basan en el sentido común y están enraizadas en el contexto. Según Israel, es un espacio muy sencillo y honesto que, a través de la sección repetida un número de veces, construye habitabilidad.

El conversatorio fue moderado por el arquitecto Leonardo Rivera (Ecuador) y la obra enfatizó un diálogo con la crítica invitada, Cristina Bueno (Ecuador), quien hizo énfasis en la relación que tiene la Casa de la Música con el paisaje. Cristina mencionó que “el proyecto no presenta una mirada de romantización del paisaje, ya que trabaja con la aceptación de las preexistencias y da significado a la acumulación histórica que presenta el sitio.”

También, la riqueza tipológica y la complejidad de detalles fueron algo que Cristina resaltó durante su intervención. Además, en las intervenciones de los estudiantes de la ULEAM Sede Manta, se mencionó que “la Casa de la Música no es solamente un edificio, es una manifestación de identidad, de memoria y de pertenencia”, destacando que este proyecto renace con su uso y el sentido que lo otorga quien lo habita.

PLANTA HIDROPÓNICA

Este es un proyecto de MANUEL CERVANTES ESTUDIO, fundado por Manuel Cervantes Céspedes en 2004. Esta obra se encuentra en León, México, y fue desarrollada en 2014.

El diseño busca fomentar la interacción entre áreas administrativas y, a su vez, promueve un ambiente de trabajo alejado de la formalidad corporativa. Los protagonistas son los jardines y patios que se integran con su entorno para formar un espacio habitado.

Se destacaron las intervenciones de Ingrid Quintana Guerrero, crítica invitada desde Colombia, quien nos dio un breve preámbulo sobre el contexto del mercado agrícola y comentó que, a primera vista, puede parecer un proyecto sencillo, pero tiene un contexto fuerte y complejo que lo define tal como es.

La Planta Hidropónica trasciende la mera funcionalidad al dialogar con el contexto agrícola circundante, creando espacios que conectan visual y operativamente con el proceso productivo. Al fusionar arquitectura y paisaje agrícola, el proyecto demuestra cómo el diseño puede participar activamente en la construcción de un entorno sostenible y dinámico.

El conversatorio estuvo moderado por el arquitecto Kléver Vásquez, miembro de la comisión académica, quien destacó el logro de la inserción del objeto arquitectónico en el paisaje y cómo éste genera una simbiosis a partir de estrategias que han existido desde siempre. En representación de la Universidad César Vallejo de Perú, el estudiante Luis Chávez presentó un análisis de la obra, en el que se abordó la ruptura del esquema corporativo común al insertar al usuario en un entorno de campo que se adapta a quien lo habita. Richard Sarzosa, de Ecuador, añadió que existe una sensibilidad hacia el paisaje; no se trata de una arquitectura que se impone, sino de una que facilita el diálogo entre el usuario y el territorio.

CASA DEL NOGAL

En este conversatorio se analizó la obra «Casa del Nogal» de Carlos Espinoza de Surreal Estudio. Este proyecto se desarrolló en 2017 en la ciudad de Cuenca, Ecuador.

La obra muestra la relación entre proyectos de vivienda colectiva y contextos urbanos e históricos consolidados. Carlos comentó que, para el desarrollo del proyecto, era sumamente importante tomar en cuenta la edificación patrimonial, la geografía del terreno y la preservación de la naturaleza existente. Por tal motivo, el diseño del edificio se plasmó a través de una construcción aterrazada que dio como prioridad mantener patios vacíos que no afectaran a los árboles del terreno y separaran las preexistencias de la construcción de la obra nueva.

El autor mencionó que “la materialidad de la obra está pensada en dar una continuidad y relación con el contexto, usando en las fachadas piedras de río que se encontraban en el terreno.” Así, remarca la relación constante que busca este proyecto con el exterior y la continuidad de la calle y el río.

El arquitecto español Manolo Ramos moderó el conversatorio y la crítica colombiana Ingrid Quintana Guerrero destacó que “consiste en un gesto atrevido la decisión de vivir en una edificación que se encuentra en los bordes de la ciudad histórica, como lo ha hecho Carlos”. Para Ingrid, la Casa del Nogal logra mimetizarse con el perfil urbano del centro histórico, pero en su interior revela a sus habitantes una sensible morada y jardín.

También contamos con la intervención de estudiantes de la Universidad San Gregorio de Portoviejo, quienes destacaron que “la obra genera un diálogo entre épocas, arquitectura y paisaje gracias a su relación entre la calle, la topografía y los árboles existentes.”

Carlos Zuleta, de Perú, destacó los objetivos del proyecto, tales como la integración armoniosa entre ciudad y paisaje, la preservación de la naturaleza y la relación entre patrimonio y ciudad moderna. Además, se refirió a Casa del Nogal como un proyecto que recurre a estrategias sostenibles y que deja muchas lecciones que aprender. En definitiva, es un ejemplo de una construcción respetuosa con su entorno.

Los conversatorios continuarán el resto de la semana y ofrecen un espacio que promueve el diálogo frente a las obras expuestas, desde la perspectiva de los críticos, las universidades invitadas y la guía del moderador.